viernes, 27 de febrero de 2009

¿QUÉ ES EL TANTRA?

Según las enseñanzas tántricas del budismo, cada ser humano pude conseguir experiencias profundas y duraderas de felicidad y satisfacción, muy rápidamente, si utiliza todos los aspectos de la energía humana, en especial la energía del deseo. Lama Yeshe, maestro tibetano de estas enseñanzas, explica que nuestros deseos, normalmente, sólo nos traen más insatisfacción, pero usándolos hábilmente pueden ser nuestros recursos más preciosos. En nosotros está la posibilidad de romper gradualmente nuestra distorsionada y limitada forma de ver las cosas y de aprender a emplear correctamente nuestra capacidad para disfrutar. Se exponen varios métodos de meditación. Todo encaja dentro de la estructura general de las prácticas del sutra: el karma, la renuncia, la compasión. Con la práctica de estos métodos de transformación espiritual podemos alcanzar, finalmente, nuestros objetivos más altos.

martes, 24 de febrero de 2009

LIBRE Y RELAJADO, UN CANTO VAJRA ESPONTÁNEO.




LIBRE Y RELAJADO
UN CANTO VAJRA ESPONTÁNEO
por el venerable Lama Guendun Rimpoché.

La felicidad no se consigue
con grandes sacrificios y fuerza de voluntad;
ya está presente en la relajación abierta y en el soltar.
No te esfuerces,
no hay nada que hacer o deshacer.
Todo lo que aparece momentáneamente en el cuerpo-mente no tiene ninguna importancia,
sea lo que fuere tiene poca realidad.
¿Por qué implicarse con ello y después apegase? ¿Por qué emitir juicios sobre eso y sobre nosotros?
Es mucho mejor dejar
simplemente que todo el juego ocurra por sí mismo,
Surgiendo y replegándose como las olas
-sin alterar ni manipular nada-
y observar cómo todo se desvanece y
reaparece mágicamente, una y otra vez,
eternamente.
Es nuestra búsqueda de la felicidad
lo único que nos impide verlo.
Es como perseguir un arco iris de vivos colores que no alcanzas jamás,
o como un perro intentando atrapar su propia cola.
Aunque la paz y la felicidad no existen
realmente como una cosa o como un lugar,
están siempre disponibles
y te acompañan a cada instante.
No creas en la realidad
de las experiencias buenas y malas;
pues son tan efímeras como el buen tiempo y el mal tiempo,
como los arco iris en el cielo.
Deseando aferrar lo inaferrable,
te agotas en vano.
En el instante en que abres y relajas ese apretado puño del aferramiento,
ahí está el espacio infinito, abierto, seductor y confortable.
Sírvete de esta espaciosidad,
de esta libertad y tranquilidad natural.
No busques más.
No te adentres en la enmarañada selva
siguiendo el rastro del gran elefante despierto,
pues ya está en casa descansando apaciblemente
enfrente de tu propio hogar.
Nada que hacer o deshacer,
nada que forzar,
nada que desear,
nada falta.
¡Emahó! ¡Maravilloso!
Todo sucede por sí mismo.

domingo, 22 de febrero de 2009

SATIPATTHANA SUTTA: EL SUTRA DE LOS FUNDAMENTOS DE LA ATENCIÓN.




Así he oído. En una ocasión vivía el Buda entre los kurus, en Kammasadamma, una ciudad de mercado de los kurus. Allí, el Bienaventurado se dirigió así a los monjes: "Monjes", y ellos le contestaron: "Venerable Señor". Y el Bienaventurado habló como sigue:
Monjes, el único camino para la purificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana, es éste: Los Cuatro Fundamentos de la Atención. ¿Cuáles son esos cuatro?
He aquí (en esta enseñanza) un monje que vive practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando la contemplación de las sensaciones en las sensaciones, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive contemplando la consciencia en la consciencia, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo; vive practicando los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo.
LA CONTEMPLACIÓN DEL CUERPO
1. Atención a la respiración
Y ¿cómo vive un monje contemplando el cuerpo en el cuerpo? Monjes, he aquí que un monje va al bosque, al pie de un árbol a un lugar solitario, se sienta con las piernas cruzadas, mantiene su cuerpo erguido y su atención alerta.
Atento aspira y atento espira. Al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una espiración larga, sabe: "Hago una espiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". Al hacer una espiración corta, sabe: "Hago una espiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, aspiraré", así se ejercita. "Calmando la función corporal, espiraré", así se ejercita.
De la misma manera que un tornero experto o su aprendiz sabe, al labrar una voluta grande: "Estoy labrando una voluta grande", o al labrar una voluta corta, sabe: "Estoy labrando una voluta corta", así el monje, al hacer una aspiración larga, sabe: "Hago una aspiración larga". Al hacer una aspiración corta, sabe: "Hago una aspiración corta". "Consciente de todo el cuerpo (respiración), aspiraré", así se ejercita. "Consciente de todo el cuerpo (respiración), espiraré", así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración)' aspiraré, así se ejercita. Calmando la actividad corporal (respiración), espiraré, así se ejercita.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando tanto los factores de origen como los de disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive con independencia, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, asi es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
2. Las posiciones del cuerpo
Asimismo, monjes, cuando un monje camina, sabe: "Estoy caminando"; cuando permanece de pie, sabe: "Estoy de pie"; cuando está sentado sabe: "Estoy sentado"; cuando se tumba sabe: "Estoy tumbado"; y también tiene consciencia de cualquier otra posición del cuerpo.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin apegarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje medita practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo.
3. Atención con clara comprensión
Asimismo, monjes, un monje aplica la clara comprensión al avanzar y al retroceder; al mirar hacia adelante y al mirar alrededor, aplica la clara comprensión; al extender y encoger los miembros, aplica la clara comprensión; al vestir la ropa y al llevar el bol de limosnas, aplica la clara comprensión; al comer, al beber, masticar y saborear, aplica la clara comprensión; al andar, permanecer de pie, sentarse, dormirse, al despertar, al hablar y al callar, aplica la clara comprensión.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
4. Reflexión sobre la repugnancia del cuerpo
Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, envuelto en la piel y lleno de impurezas, de la planta de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, y piensa así: "Hay en este cuerpo: pelos en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina."
Es como tener un saco de provisiones, de aquellos con dos aberturas, lleno de diversas clases de grano, tales como: arroz de montaña, arroz corriente, alubias, guisantes, sésamo, arroz perlado, y un hombre que tiene buenos ojos lo abre, lo examina y dice: "Esto es arroz de montaña, esto arroz corriente, esto son alubias, esto son guisantes, esto es sésamo, esto es arroz perlado." De la misma manera, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo de las plantas de los pies hacia arriba y de la coronilla hacia abajo, envuelto en la piel y lleno de impurezas. "En este cuerpo hay pelo en la cabeza, vello en el cuerpo, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, tuétanos, riñones, corazón, hígado, pleura, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, estómago, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa sólida, lágrimas, grasas líquidas, saliva, mocos, fluido sinovial, orina.
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
5. Reflexión sobre los elementos materiales
Asimismo, monjes, un monje reflexiona sobre su propio cuerpo, en cualquier lugar o posición en que se encuentre, pensando en sus elementos materiales: "En este cuerpo hay el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego, el elemento aire".
Como si un carnicero experto o su aprendiz que, tras sacrificar a una vaca y dividirla en partes se ponen a venderlas en el cruce de cuatro carreteras, de la misma manera el monje reflexiona sobre su propio cuerpo en cualquier lugar o posición que se encuentre, pensando en sus elementos primarios: "En este cuerpo hay el elemento tierra, agua, fuego y aire"
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
6. Las nueve contemplaciones del cementerio
I
Asimismo, monjes, cuando un monje ve un cuerpo que lleva un día muerto, o dos días muerto, o tres días muerto, hinchado, amoratado y putrefacto, tirado en el osario, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "Es verdad que este cuerpo mío tiene también la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello."
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores del origen y la disolución del cuerpo. O tiene conciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive independiente, sin apegarse a nada en el mundo. Así es, cómo el monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
II
. Asimismo, cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, que está siendo devorado por los cuervos, los gavilanes, los buitres, los perros, los chacales o por distintas clases de gusanos, aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi
cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello.»
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo...
III
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, y con algo de carne y sangre adherido a él...
IV
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto unido tan sólo por los tendones, embadurnado en sangre y sin carne...
V
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a un esqueleto sin carne y sin sangre, unido tan sólo por los tendones...
VI
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario y reducido a huesos sueltos esparcidos en todas las direcciones: aquí los huesos de la mano, allá los de los pies, los huesos de las espinillas, los de los muslos, la pelvis, las vértebras, el cráneo.
VII
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos blanqueados como una concha...
VIII
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos de más de un año, amontonados...
IX
. Asimismo, monjes, como cuando un monje ve un cuerpo tirado en el osario, reducido a huesos podridos, reducido a polvo, entonces aplica esta percepción a su propio cuerpo de esta manera: "En verdad que también mi cuerpo tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello"
Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo internamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo externamente, o vive contemplando el cuerpo en el cuerpo interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen del cuerpo, o vive contemplando los factores de disolución del cuerpo, o vive contemplando los factores de origen y disolución del cuerpo. O tiene consciencia de que "hay un cuerpo" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es como un monje vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.
LA CONTEMPLACION DE LAS SENSACIONES
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando las sensaciones en las sensaciones?
Monjes, un monje, al experimentar una sensación agradable, sabe: "Experimento una sensación agradable"; cuando experimenta una sensación dolorosa, sabe: "Experimento una sensación dolorosa»; cuando experimenta una sensación ni agradable ni dolorosa, sabe: "Experimento una sensación queno es ni agradable ni dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal agradable, sabe: "Experimento una sensación mundanal agradable"; cuando experimenta una sensación mundanal dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal dolorosa"; cuando experimenta una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación mundanal que no es dolorosa ni no dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual agradable, sabe: "Experimento una sensación espiritual agradable"; cuando experimenta una sensación espiritual dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual dolorosa"; cuando experimenta una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa, sabe: "Experimento una sensación espiritual que no es dolorosa ni no dolorosa".
Así vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones internamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones externamente, o vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de Las sensaciones, o vive contemplando Los factores de disolución de Las sensaciones, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de Las sensaciones. O tiene consciencia de que "hay sensaciones" en el grado necesario para el conocimiento y la atención y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo un monje vive contemplando Las sensaciones en Las sensaciones.
LA CONTEMPLACIÓN DE LA CONSCIENCIA
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando la consciencia en la consciencia?
Monjes, he aquí que un monje, cuando hay pasión en la consciencia, sabe que hay pasión, y cuando no hay pasión en la consciencia, sabe que no la hay; cuando hay odio en la consciencia, sabe que hay odio, y cuando no hay odio en la consciencia, sabe que no lo hay; cuando hay ignorancia en la consciencia, sabe que hay ignorancia, y cuando no hay ignorancia en la consciencia, sabe que no la hay; cuando la consciencia está disminuida, sabe que está disminuida; cuando la consciencia está distraída, sabe que está distraída; cuando la consciencia está desarrollada, sabe que está desarrollada; cuando la consciencia está en un estado con otro estado superior a alla, sabe que hay un estado mentalmente superior; cuando no hay un estado mental superior, sabe que no hay un estado mental superior"; cuando la consciencia está concentrada, sabe que está concentrada, y cuando la consciencia no está concentrada, sabe que no lo está; cuando la consciencia está liberada, sabe que está liberada, y cuando no está liberada, sabe que no lo está.
Así vive contemplando la consciencia en la consciencia internamente, o vive contemplandola consciencia en la consciencia externamente, o vive contemplando la consciencia en la consciencia interna y externamente. Vive contemplando Los factores del origen de la consciencia, o vive contemplando Los factores de disolución de la consciencia, o vive contemplando tanto Los factores del origen como Los de la disolución de la consciencia, o sabe que "hay consciencia" en el grade necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando la consciencia en la consciencia.
LA CONTEMPLACIÓN DE LOS OBJETOS MENTALES
1. Los cinco obstáculos
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales?
He aquí que un monje vive contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando Los objetos mentales en Los objetos mentales constituidos par Los cinco obstáculos?
He aquí, monjes, que cuando el apetito sensual está presente en él, el monje sabe: "Hay apetito sensual en mí"; cuando el apetito sensual está ausente, sabe: "No hay apetito sensual en mí." Sabe cómo surge el apetito sensual y sabe cómo no vuelve a surgir en el futuro el apetito sensual que se ha rechazado.
Cuando la ira está presente, el monje sabe: "Hay ira en mí", y cuando la ira está ausente, sabe: "No hay ira en mí." Sabe cómo surge la ira que no existía previamente; sabe cómo se rechaza la ira que ha surgido, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el future la ira rechazada.
Cuando la pereza y el sopor están presentes en él, el monje sabe: "Hay pereza y sopor en mí"; cuando la pereza y el sopor están ausentes, sabe: "No hay pereza ni sopor en mí." Sabe cómo surgen la pereza y el sopor que no existían previamente, sabe cómo se rechazan la pereza y el sopor surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro la pereza y el sopor rechazados.
Cuando el desasosiego y la ansiedad están presentes en él, sabe: "Hay desasosiego y ansiedad en mí"; cuando el desasosiego y la ansiedad están ausentes, sabe: "No hay desasosiego ni ansiedad en mí." Sabe cómo surgen el desasosiego y la ansiedad que no existían previamente, sabe cómo se rechazan el desasosiego y la ansiedad surgidos, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro el desasosiego y la ansiedad rechazados.
Cuando la duda está presente en él, el monje sabe: "Hay duda en mí"; cuando la duda está ausente, sabe: "No hay duda en mí." Sabe cómo surge la duda que ya no existía previamente, sabe cómo se rechaza la duda surgida, y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la duda rechazada.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Así es, monjes, cómo el monje vive practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco obstáculos.
2. Los cinco agregados del apego
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por los cinco agregados del apego
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego?
Monjes, he aquí que un monje piensa: "Así es la forma material, así surge la forma material, así desaparece la forma material; así es la sensación, así surge la sensación, así desaparece la sensación; así es la perceprión, así surge la percepción, así desaparece la percepción; así son las formaciones mentales, así surgen las formaciones mentales, así desaparecen las formaciones mentales; así es la conseiencia, así surge la consciencia, así desaparece la consciencia."
Así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse a nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los cinco agregados del apego.
3. Las seis esferas internas y las seis externas de los sentidos
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos?
Monjes, he aquí que un monje conoce el ojo y las formas risuales y la atadura que surge dependiendo de ambos (del ojo y de las formas), sabe cómo surge la atadura que no existía previamente, sabe cómo se rechaza la atadura surgida y sabe cómo ya no vuelve a surgir en el futuro la atadura rechazada.
Conoce el oído y los sonidos..., la nariz y los olores..., la lengua y los sabores..., el cuerpo y los objeto táctiles..., la mente y los objetos mentales, y conoce las ataduras que dependen de ellos; sabe cómo surgen las ataduras que existían previamente, sabe cómo se rechazan las ataduras surgidas, y sabe cómo ya no vuelven a surgir en el futuro las ataduras rechazadas.
Monjes, así vive el monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que "hay objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapogado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales formados por las seis esferas internas y las seis esferas externas de los sentidos.
4. Los siete factores de la iluminación
Monjes, asimismo, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de la iluminación.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación?
Monjes, he aquí que cuando la atención que es un factor de iluminación está presente en él, el monje sabe: "Hay en mí la atención que es factor de iluminación"; cuando la atención que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la atención que es factor de iluminación", y sabe cómo surge la atención que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la atención surgida que es factor de iluminación.
Cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está presente, el monje sabe: "Hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación"; cuando la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación", sabe cómo surge la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación que no está previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la investigación de Los objetos mentales que es factor de iluminación.
Cuando la energía que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la energía que es factor de iluminación"; cuando la energía que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la energía que es factor de iluminación", sabe cómo surge la energía que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la energía que es factor de iluminación.
Cuando la alegría que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la alegría que es factor de iluminación"; cuando la alegría que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la alegría que es factor de iluminación", sabe cómo surge la alegría que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la alegría que es factor de iluminación.
Cuando la calma que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la calma que es factor de iluminación"; cuando la calma que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la calma que es factor de iluminación", sabe cómo surge la calma que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la calma que es factor de iluminación.
Cuando la concentración que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la concentración que es factor de iluminación"; cuando la concentración que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la concentración que es factor de iluminación", sabe cómo surge la concentración que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la concentración que es factor de iluminación.
Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está presente, sabe: "Hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación." Cuando la ecuanimidad que es factor de iluminación está ausente, sabe: "No hay en mí la ecuanimidad que es factor de iluminación", sabe cómo surge la ecuanimidad que es factor de iluminación que no existía previamente, y cómo se produce la perfección en el desarrollo de la ecuanimidad que es factor de iluminación.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando tanto los factores del origen como los de la disolución de los objetos mentales. 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferrarse nada en el mundo. Monjes, así es cómo el monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por los siete factores de iluminación.
5. Las Cuatro Nobles Verdades
Asimismo, monjes, un monje vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.
Monjes, ¿cómo vive un monje contemplando los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades?
Monjes, he aquí que un monje sabe: "Esto es sufrimiento" según la realidad; "Éste es origen del sufrimiento", sabe según la realidad; "Ésta es la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad; "Éste es el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento", sabe según la realidad.
Así vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales internamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales externamente, o vive contemplando los objetos mentales en los objetos mentales interna y externamente. Vive contemplando los factores del origen de los objetos mentales, vive contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o vive contemplando los factores del origen y los factores de la disolución de los objetos mentales". 0 tiene consciencia de que hay "objetos mentales" en el grado necesario para el conocimiento y la atención, y vive desapegado, sin aferramiento a nada en el mundo. Monjes, así vive un monje contemplando los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.
En verdad, monjes, que aquel que practique estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete años puede esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Monjes, ni siquiera siete años. Si una persona practicara los Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante seis años... cinco años... cuatro años... tres años... durante un año, entonces podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Monjes, ni siquiera un año. Si una persona practicara estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete meses... seis meses... cinco meses... cuatro meses... tres meses... dos meses... un mes... durante medio mes, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Monjes, ni siquiera medio mes. Si una persona practicara estos Cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante una semana, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.
Por esto se ha dicho: "Monjes, éste es el único camino para la parificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana; los Cuatro Fundamentos de la Atención."
Así habló el Bienaventurado. Los monjes acogieron con satisfacción sus palabras.

sábado, 21 de febrero de 2009

Sobre Karma, de Guru buda Padmasambhava.

“La dama Tsogyal preguntó: Respecto a las diez acciones no virtuosas, ¿existe alguna diferencia respecto a la gravedad del mal?

El Maestro contestó: Sí, existen diferencias. En general están las que se manifiestan en términos de emociones perturbadoras:
1.- Al cometer las diez acciones no virtuosas a causa de la ira, renacerás como habitante de los infiernos.
2.- Cuando las acciones no virtuosas se cometan a causa del deseo, renacerás como espíritu ávido.
3.- Cuando las acciones no virtuosas se cometen a causa de la ignorancia, renacerás como animal.

También hay una gravedad en términos del objeto:
1.- Al cometer las diez acciones no virtuosas hacia un objeto especial se renace como un ser de los infiernos.
2.- Al cometerlas hacia un objeto ordinario se renace como espíritu ávido.
3.- Al cometerlas hacia un objeto inferior se renace como un animal.

En particular, entre los diferentes tipos de matar el resultado mas grave de la maduración surge al quitar la vida a un bodisatva que haya desarrollado la bodichita.
Entre los diferentes tipos de tomar lo que no es dado, la mayor infracción es robar lo que pertenece a las Tres Joyas.
Entre los diferentes tipos de comportamiento sexual impropio, la mayor infracción es forzar a un arhat al intercambio sexual.
Entre los diferentes tipos de mentiras, la peor acción es engañar a un maestro o a un venerable miembro de la sangha.
Entre los diferentes tipos de palabras crueles, la peor acción es hablar hirientemente a un miembro de la sangha.
Entre los diferentes tipos de chismorreo ocioso, la peor acción es molestar la mente de un monje o de alguien que esté practicando la meditación sobre la naturaleza no dual.
Entre los diferentes tipos de codicia, la peor acción es ansiar los fondos donados a las Tres Joyas.
Entre los diferentes tipos de mala voluntad, la peor acción es planear los “cinco actos de resultados inmediatos”
Entre los diferentes tipos de puntos de vista erróneos, la peor acción es menospreciar el verdadero significado.
Tsogyal, no debes cometer ninguna de estas acciones aunque te cueste la vida.
En general, existen también diferencias entre las diez acciones no virtuosas:
1.- Por matar, sembrar la discordia, las palabras crueles y la mala voluntad renacerás como un ser infernal.
2.- Por el comportamiento sexual inapropiado, tomar lo que no es dado y la codicia, renacerás como un espíritu ávido.
3.- Por decir mentiras, el chismorreo ocioso y mantener puntos de vista erróneos, renacerás como un animal."

miércoles, 18 de febrero de 2009

La relación entre Akshobhya y la Sabiduría semejante a un Espejo.




La Sabiduría especial que encontramos en el este, a través de meditar en Akshobya, es la Sabiduría Como un Espejo. Con esta sabiduría vemos todo tal cual es, imparcialmente, sin estar afectado. Sostén una rosa o una daga sangrienta frente a un espejo. El espejo reflejará ambos tal cual son, no hará juicios entre los dos rojos, queriendo mantener el primero y escapar del segundo. La realidad es sólo nuestra experiencia sin ideas añadidas. La mente refleja todo perfectamente, pero no está manchada por ello. Así como las aguas quietas de una bahía pueden reflejar perfectamente una balsa o un palacio, sin sentir ninguna necesidad de escoger a uno por encima del otro. Es esta capacidad del agua de actuar como un espejo lo que la hace particularmente apropiada para Akshobya.

sábado, 14 de febrero de 2009

¿Cómo sabemos que la iluminación es el ideal para el ser humano? Por Sangharákshita.

Antes de intentar responder a esta pregunta debemos distinguir dos tipos de "ideal". Puesto que no hay términos precisos que les correspondan, nosotros les llamaremos "Ideales naturales" e "Ideales artificiales". Un ideal natural es aquel que corresponde a la naturaleza del ser, mientras que el ideal artificial se impone desde fuera, de una manera artificial. Así, volviendo a lo dicho sobre "el hogar ideal" notamos que por más lujoso, conveniente y hermoso que éste sea, no resultaría ideal para un inválido en silla de ruedas si tuviera escaleras en su interior. Tanto como la vida de Henry Ford no sería ideal para alguien con temperamento de artista. Estos dos son ejemplos de ideales artificiales.
De acuerdo con esta distinción podemos decir que el Ideal de la Iluminación no es un ideal artificial, porque para el humano éste no es una imposición arbitraria externa, sino que corresponde con su propia naturaleza. Aún más, podemos afirmar que el ideal de la Iluminación es "El Ideal" natural para el ser humano, porque éste corresponde tanto a su naturaleza intrínseca como a sus necesidades más profundas. Esto lo podemos explicar de dos maneras; hemos hablado de la Iluminación, la que aún al ser entendida de un modo intelectual, puede parecernos un estado bastante remoto y algo muy lejano a nuestra experiencia. Sin embargo, al fijarnos un poco podemos encontrar esas cualidades que constituyen el estado de la Iluminación en el ser humano. Así que estas cualidades no son completamente ajenas al hombre, sino más bien naturales, es decir, intrínsecas a su naturaleza humana. En cada hombre, mujer y aún en cada niño hay elementos del conocimiento de la Realidad por muy remoto y lejano que éste sea; experimentamos esos sentimientos de Amor y Compasión, por limitados y exclusivos que sean, así como cierta energía por poca y vulgar que sea. Todas estas cualidades se encuentran en el ser humano en cierto grado; y de hecho, son las cualidades que lo distinguen de los animales. En el estado de Iluminación estas cualidades humanas están desarrolladas completa y perfectamente, en un grado que es difícil de imaginar. Entonces, el que el ser humano posea las semillas de las cualidades que constituyen la Iluminación crea una afinidad natural con el Ideal por alcanzar este estado, y que al encontrarlo pueda responder positivamente. Por esta razón, aunque se nos hable de la Iluminación en términos muy elevados y sublimes, tales como Conocimiento Absoluto, Visión de la Realidad, Amor y Compasión Infinitos hacia todos los seres, estos términos no nos resultan totalmente ajenos y sin sentido. Experimentamos cierta emoción hacia el Ideal de la Iluminación porque las semillas se encuentran en nosotros, en nuestra propia experiencia; así podemos responder positivamente al encontrarlo, en cualquier momento aún bajo formas distorsionadas.
También podemos ver que la Iluminación es el Ideal natural para el hombre porque, al fin y al cabo, esto es lo único que puede darle plena satisfacción, lo único que puede hacerlo completamente feliz. Aunque disfrutemos todos los placeres del mundo y poseamos todas las riquezas materiales, siempre habrá un vacío en nuestros corazones. En las tradiciones budistas esto se conoce como dukkha o sufrimiento. Hay tres tipos de dukkha: el primero es simplemente el sufrimiento que es sufrimiento, es decir el que experimentamos por medio de una herida física o mental; el segundo tipo de dukkha es el sufrimiento que resulta del cambio y la transformación de las cosas, debido a nuestro apego a los objetos que nos proporcionan placer; el tercer tipo de dukkha es el sufrimiento de todo lo que es la existencia condicionada, es decir el sufrimiento que experimentamos porque no hemos alcanzado la Iluminación. Aunque hayamos logrado obtener y conservar el éxito y las riquezas, que nos proporcionan placer, todavía nos quedará un rincón vacío en nuestros corazones, que sólo se llenará cuando logremos alcanzar el estado de Iluminación. De igual forma, podemos ver que el ideal natural para el ser humano es la Iluminación, porque el ser humano verdadero, el individuo genuino, en el fondo, nunca se sentirá satisfecho con nada que no sea el estado de la Iluminación. Si adoptamos el lenguaje teísta de San Agustín podemos decir: "Tú nos has hecho para ti y nuestros corazones estarán ansiosos hasta encontrar descanso en ti".

miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Qué es la Iluminación? Por Sangharákshita.

En todas las tradiciones budistas se afirma que la Iluminación comprende esencialmente tres cosas. En primer lugar se habla de la Iluminación como un estado de conciencia clara, pura y radiante. Algunas escuelas afirman que en el estado de conciencia Iluminada no existe separación entre sujeto y objeto, que no hay "mundo interior" ni "mundo exterior". Al trascender totalmente "la dualidad sujeto-objeto", como suele llamarse, la experiencia es un continuo de conciencia clara, pura y homogénea, que se extiende en todas direcciones. Además, en este estado de conciencia, se aprehende la Realidad de las cosas tal y como son, no como objetos percibidos a través de los sentidos sino penetrando su esencia Trascendental. Por esta razón, se dice que la Iluminación es la "Conciencia de la Realidad", un estado de Conocimiento Superior. Pero ese "Conocimiento" no debe confundirse con el saber ordinario que está dentro del marco dualístico sujeto-objeto, derivado de la percepción a través de los sentidos y de la razón. La Iluminación es un estado de visión espiritual directa, intuitiva, sin intermediarios, sin intelectualización; en el cual todo se concibe clara, directa e intensamente. Es un estado de visión Trascendental, libre de toda ignorancia y puntos de vista erróneos; libre de todas esas formas habituales de pensamientos parcializados, negativos, distorsionados y oscuros, libre de todo prejuicio y de todo tipo de condicionamiento mental. Así, podemos decir, a manera de resumen, que en primer lugar la Iluminación es un estado de conciencia clara y pura, un estado de Visión Espiritual directa, un estado de Conocimiento Superior. En segundo lugar, pero no menos importante, se encuentra el hecho de que se dice que la Iluminación es un estado de "Amor-Compasión" intenso profundo y desbordado, a veces comparado con el amor de una madre por su único hijo. Por ejemplo, en el Mettasutta (Sutta sobre el Amor Universal), un texto muy conocido y apreciado, el Buda nos dice: "Así como una madre protege a su único hijo, aún a costa de su propia vida, así, debemos desarrollar en nuestro corazón un amor que incluya a todo ser viviente". Este es el sentimiento, esta es la actitud que debemos cultivar. Cabe notar que el Buda no habla solo de seres humanos, sino de todo ser viviente, de todo ser sensitivo, todo ser que se mueve. El corazón de la persona Iluminada está lleno de ese tipo de "Compasión" infinita. Además, las tradiciones budistas nos dicen que esta compasión consiste en un deseo urgente y muy profundo por el bienestar, la felicidad y el desarrollo de todos los seres; un deseo de que todo crezca y se desarrolle, y que finalmente logre alcanzar la Iluminación. Es, pues, esta Compasión infinita, desbordada y que se extiende a todos los seres, el segundo aspecto del estado de Iluminación. En tercer lugar, se dice que la Iluminación es un estado de energía mental y espiritual inagotable e inconmensurable. Una ilustración muy concreta de esto podemos encontrarla en la vida de Sidarta Gautama, el Buda. Como se sabe, Sidarta Gautama alcanzó la Iluminación a los 35 años, dedicándose luego a enseñar y comunicar su sabiduría hasta los 80 años, a pesar de que su cuerpo físico se debilitó mucho con la vejez. En una ocasión oímos al Buda decir: "mi cuerpo es como una carreta vieja, toda rota y que ha sido remendada muchas veces; que a duras penas se mantiene andando, sujetada con pedazos de alambre. Pero a pesar de todo, mi mente es tan vigorosa como siempre. Aunque mi cuerpo esté decrépito y tengan que llevarme en hombros de un lugar a otro, todavía puedo enseñar a todo aquel que acuda a mí, todavía puedo responder vuestras preguntas. Mi vigor intelectual y espiritual no ha disminuido a pesar del estado tan débil de mi cuerpo". Aquí podemos ver que el estado de Iluminación se caracteriza, además, por un dinamismo inagotable. Se dice entonces, que la Iluminación es un estado de energía inagotable y de espontaneidad absoluta, que se vuelcan continuamente en una acción creativa ininterrumpida. La Iluminación es, pues, un estado de perfecta libertad, ausente de toda clase de limitación subjetiva.
Esto es lo que se entiende por Iluminación en las tradiciones budistas. Ahora bien, cabe preguntar ¿hasta qué punto puede describirse de esta manera el estado de la Iluminación? ¿Hasta que punto pueden enumerarse sus diferentes aspectos? El estado de Iluminación en realidad puede describirse con mayor exactitud de una manera dinámica; así podemos decir que su aspecto de conocimiento superior pasa a ser Amor y Compasión que se transforman en Energía espontánea y creativa; esta a su vez se transforma en conocimiento superior, y así sucesivamente. En realidad no podemos aislar un aspecto del otro. Sin embargo en las tradiciones budistas encontramos estas descripciones ordenadas debido a que resultan muy útiles para enseñar; y aunque aparezcan bajo conceptos, nos ayudan a apreciar, por lo menos un poco, lo que es la Iluminación. Si después de este contacto inicial queremos profundizar nuestro conocimiento acerca de la Iluminación, tendremos que leer las descripciones más poéticas y extensas, que provienen preferentemente de las escrituras budistas, y tendremos, además, que comenzar a practicar la meditación, para así tratar de vislumbrar ese estado sublime en nuestra propia experiencia meditativa. Así, cuando en el budismo hablamos de la Iluminación, nos referimos a este estado de Conocimiento Superior, Amor, Compasión y Energía.

lunes, 9 de febrero de 2009

EL SUTRA DEL DIAMANTE.






(1) Esto es lo que he oído. Una mañana, cuando el Buddha estaba cerca de Shravasti, en el bosque de Jeta, en el parque de Anathapindika, El y Su congregación de mil doscientos cincuenta monjes fueron a la ciudad para mendigar el desayuno; cuando regresaron y terminaron de comer, guardaron las túnicas y los cuencos y se lavaron los pies. Entonces el Buddha tomó Su asiento y los demás se sentaron ante él.

(2) De entre la asamblea se levantó el Venerable Subhuti. Se desnudó el hombro derecho, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y juntando las palmas de las manos se inclinó ante el Buddha. "¡Señor! -dijo- ¡Tathagata! ¡Honorado-por-todo-el-mundo! ¡Que maravilloso es que seamos protegidos e instruidos por Su misericordia! Señor, cuando hombres y mujeres anuncian su deseo de seguir el Camino del Bodhisattva, y nos preguntan cómo deberían proceder, ¿qué deberíamos decirles?"

(3) "¡Bien Subhuti! -contestó el Buddha- cuando alguien dice, '¡Quiero seguir el Camino del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean criaturas que hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan observables como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el Nirvana.!' entonces, Subbhuti, debes recordar como uno-que-ha-tomado-los-votos, que incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría sido liberado. Un Bodhisattva no se aferra a la ilusión de una individualidad separada, una entidad egótica o una identificación personal. En realidad no hay "yo" que libere, ni "ellos" que sean liberados.

(4) "Además, Subhuti, un Bodhisattva debe estar liberado de todo deseo, ya sea de ver, oír, oler, tocar o gustar algo, o de conducir multitudes hacia la iluminación. Un Bodhisattva no alberga ambición. Su amor es infinito y no puede ser limitado por las ataduras personales o las ambiciones. Cuando el amor es infinito sus méritos son incalculables.

"Dime Subhuti, ¿puedes medir el cielo oriental?"
" No, Señor, no puedo."
"¿ Puedes medir el espacio que se extiende hacia el sur, el oeste, el norte, o hacia arriba o abajo?"
" No, Señor, no puedo."
" Tampoco puedes medir los méritos de un Bodhisattva que ama, trabaja y da sin deseo o ambición. Los Bodhisattvas deberían prestar una atención particular a esta enseñanza."

(5) "Subhuti, ¿qué piensas? ¿Es posible describir al Tathagata? ¿Puede ser reconocido mediante características materiales?" "No, Señor, no es posible someter al Tathagata a diferenciaciones o comparaciones." Entonces dijo el Señor, "Subhuti, en el fraude del Samsara todas las cosas son distintamente consideradas o atribuidas, pero en la verdad del Nirvana ninguna diferenciación es posible. No se puede describir al Tathagata.

"Aquel que comprende que todas las cualidades no son de hecho cualidades determinadas, percibe al Tathagata."

(6) Subhuti le preguntó al Buddha, "Honorado-por-todo-el-mundo, ¿habrá siempre hombres que comprendan esta enseñanza?"

El Señor respondió, "Subhuti, ¡nunca lo dudes! Siempre habrá Bodhisattvas virtuosos y sabios; y en los eones que vienen, estos Bodhisattvas echarán su raíces de mérito bajo muchos árboles Bodhi. Recibirán esta enseñanza y responderán con fe serena, siempre habrá Buddhas que los inspiren. El Tathagata los verá y reconocerá con Su ojo-Búdico, ya que en estos Bodhisattvas no habrá obstrucciones, ni percepción de un yo individual, ni percepción de un ser separado, ni percepción de un alma, ni percepción de una persona. Y estos Bodhisattvas no considerarán las cosas como si fueran contenedores de cualidades intrínsecas, ni como si estuvieran desprovistas de cualidades intrínsecas. Tampoco discriminarán entre bien y mal. La discriminación entre conducta virtuosa y no virtuosa debe utilizarse al igual que una balsa. Una vez que lleva a uno-que-cruza-la-corriente hasta la otra orilla se abandona.

(7) "Dime Subhuti, ¿ha logrado el Tathagata la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones? De ser así, ¿hay algo sobre ella que el Tathagata pueda enseñar?

Subhuti respondió, "Tal como entiendo la enseñanza, la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones no puede ser alcanzada ni atrapada, como tampoco puede ser enseñada. ¿Por qué? Porque el Tathagata ha dicho que la Verdad no es una cosa que pueda ser diferenciada o contenida, y por lo tanto, la Verdad no puede ser atrapada ni expresada. La Verdad ni es ni no es.

(8) Entonces el Señor preguntó, "Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros -oro, plata, lapislázuli, cristal, perlas rojas y cornalina- y lo diera todo como regalos de caridad, ¿obtendría mucho mérito?"

Subhuti respondió, "Señor, en efecto adquirirá gran mérito, aunque en verdad, no tiene una existencia separada a la que el mérito pueda acumularse."

Entonces dijo el Buddha, "Suponte que alguien haya comprendido solamente cuatro líneas de nuestro Discurso, pero a pesar de eso se ve movido a explicárselas a otro; entonces, Subhuti, su mérito será mayor que el de aquel que practica la caridad. ¿Por qué? ¡Porque este Discurso puede producir Buddhas! ¡Este Discurso revela la Iluminación Perfecta que Transciende las Comparaciones!"

(9) "Dime, Subhuti, ¿un discípulo que comienza a cruzar la Corriente se dirá a sí mismo, 'soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-entra-en-la-Corriente'?"

"No, Señor. Un verdadero uno-que-entra-en-la-Corriente no pensará en sí mismo como una entidad egótica separada que pueda ser digna de algo. Solo se puede decir que verdaderamente ha entrado en la Corriente aquel discípulo que no diferencia entre él mismo y los demás, que no toma en consideración nombre, forma, sonido, olor, gusto, tacto, o cualquier otra cualidad."

"¿Un adepto que está sujeto a tan solo un renacimiento más se dirá a sí mismo, 'soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez'?"

"No, Señor. 'Uno-que-solo-va-a-renacer-una-vez' es tan solo un nombre. No hay dejar de existir, tampoco comenzar a ser. Solo se puede llamar adepto a alguien que haya comprendido esto."

"¿Un Venerable que no volverá a renacer como mortal se dirá a sí mismo, 'soy merecedor de los honores y recompensas de uno-que-no-va-a-volver.'?"

"No, Honorado-por-todo-el-mundo. 'Uno-que-no-va-a-volver' es tan solo un
nombre. No hay retorno ni no retorno."

"Dime Subhuti, ¿se dirá un Buddha a sí mismo, 'he alcanzado la Iluminación Perfecta.'?"

"No, Señor. No hay una Iluminación Perfecta que alcanzar. Señor, si un Buddha Perfectamente Iluminado se dijera, 'así soy yo', estaría admitiendo una identidad individual, un yo y una personalidad independientes, y en tal caso no sería un Buddha Perfectamente Iluminado."

"¡Oh, Honorado-por-todo-el-mundo! Ha declarado que yo, Subhuti, sobresalgo entre Sus hombres santos en el conocimiento de la bienaventuranza del samadhi, en estar perfectamente contento en soledad, y en estar libre de pasiones. Pero no me digo, "así soy yo", porque si alguna vez pensara en mí mismo de tal manera, no sería verdad que he escapado de la ilusión del ego. Sé que en realidad no existe Subhuti y que por lo tanto Subhuti no mora en ninguna parte, que ni conoce ni ignora la bienaventuranza, que ni es libre ni es esclavo de las pasiones."

(10) Dijo el Buddha, "Subhuti, ¿qué piensas? En el pasado, cuando el Thatagata estuvo con Dipankara, el Completamente Iluminado, ¿aprendió alguna doctrina de él?"

"No, Señor. No existe una doctrina que pueda ser aprendida."

"Subhuti, date cuenta también de que si un Bodhisattva dijera, "crearé un paraiso", estaría hablando falsamente. ¿Y por qué? Porque un paraíso no puede ser creado ni no creado.

"Date cuenta entonces, Subhuti, que todos los Bodhisattvas, grandes o menores, experimentarán la mente pura que sigue a la extinción del ego. Una mente como esta no discrimina haciendo juicios sobre sonido, sabor, tacto, olor, o cualquier otra cualidad. Un Bodhisattva debería desarrollar una mente que no forme ataduras ni aversiones hacia nada.

"Suponte que un hombre estuviera dotado de un cuerpo grande, tan grande como el de Sumeru, rey de las montañas. ¿Sería grande su cuerpo?"

"Sí, Señor. Sería grande, pero 'cuerpo' es tan solo un nombre. En realidad, él ni existiría ni no existiría."

(11) "Subhuti, si hubiese tantos ríos Ganges como granos de arena hay en el lecho del Ganges, ¿serían muchos los granos de arena de todos ellos?"

"Sí, muchos, Honorado-por-todo-el-mundo. ¡Sería imposible contar todos los ríos Ganges, y mucho más sus granos de arena!"

"Subhuti, te diré una gran verdad. Si alguien llenara tres mil galaxias con los siete tesoros por cada grano de arena de todos esos ríos Ganges, y las diera como caridad, ¿obtendría un gran mérito?"

"Realmente grande, Señor."

Entonces el Buddha declaró, "Subhuti, si alguien estudia nuestro Discurso y comprende solamente cuatro líneas, pero se las explica a otro, el mérito conquistado será mucho más grande."

(12) "Además, Subhuti, en cualquier lugar que sean pronunciadas estas cuatro líneas, ese lugar debería ser venerado como un Santuario del Buddha. ¡Y la veneración debería ser mayor cuanto mayor fuera el número de líneas explicadas!

"Alguien que comprenda y explique este Discurso en su totalidad alcanza la más alta y más maravillosa de todas las verdades. Y dondequiera que la explicación sea dada, allí, en ese lugar, deberías conducirte como si estuvieras en presencia del Buddha. En ese lugar deberías hacer reverencia y ofrecer flores e incienso."

(13) Entonces Subhuti preguntó, "Honorado-por-todo-el-mundo, ¿cómo se debería llamar este Discurso?"

El Buddha respondió, "Este discurso deberá ser conocido como El Vajracchedika Prajna Paramita - El Diamante Cortador de Sabiduría Trascendental - porque la Enseñanza es fuerte y afilada como un diamante que corta a través de los malos enjuiciamientos y la ilusión."

(14) En ese momento el impacto del Dharma provocó lágrimas en Subhuti. Entonces, mientras se limpiaba la cara, dijo, "¡Señor, qué precioso es que vos pronunciéis este profundo Discurso! Hace tiempo que se abrió mi ojo de la sabiduría por primera vez; pero desde entonces hasta ahora nunca había escuchado un explicación tan maravillosa sobre la naturaleza de la Realidad Fundamental.

"Señor, sé que en años venideros habrá muchos hombres y mujeres que, aprendiendo de nuestro Discurso, lo recibirán con fe y entendimiento. Serán liberados de la idea de una identidad egótica, liberados de la idea de un alma personal, liberados de la idea de un ser individual o una existencia separada. ¡Que memorable logró será esta libertad!"

(16) "Subhuti, aunque en este mundo ha habido millones y millones de Buddhas, y todos merecedores de gran mérito, el mérito más grande de todos le corresponderá al hombre o mujer que, al final de nuestra Época Búdica, en el último periodo de quinientos años, reciba este discurso, lo considere, ponga su fe en él, y entonces se lo explique a otro, salvando así nuestra Buena Doctrina del colapso final."

(17) "Señor, ¿cómo deberíamos entonces instruir a aquellos que desean tomar los votos de Bodhisattva?"

"Decidles que si desean alcanzar la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones deben ser resueltos en sus actitudes. Deben estar decididos a liberar a cada uno de los seres vivos, aunque en realidad comprendan que no hay seres individuales o separados.

"Subhuti, para ser llamado verdaderamente Bodhisattva, un Bodhisattva debe estar completamente desprovisto de cualquier concepción de un sí mismo.

(18) "Dime, Subhuti. ¿Posee el Tathagata el ojo humano?
" Sí, Señor, lo tiene."
"¿ Posee el Tathagata el ojo divino?"
" Sí, Señor, lo tiene."
"¿ Posee el Tathagata el ojo espiritual?"
" Sí, Honorado-por-todo-el-mundo."
"¿ Y posee el ojo de la sabiduría trascendental?
" Sí, Señor."
"¿ Y posee el Tathagata el ojo-Búdico de la omnisciencia?"
" Sí, Señor, lo tiene."

"Subhuti, aunque hay incontables Tierras Búdicas, e incontables seres de formaciones mentales muy diferentes en esas Tierras Búdicas, el Tathagata los comprende a todos con su Mente que Todo lo Abarca. Pero en cuanto a sus formaciones mentales, simplemente se las llama "mentales". Tales formaciones mentes no tienen existencia real. Subhuti, es imposible retener estados mentales pasados, imposible mantener estados mentales presentes, e imposible aprehender estados mentales futuros, ya que en ninguna de sus actividades tiene la mente sustancia o existencia."

(32) "Y por último, Subhuti, date cuenta de nuevo de que si un hombre da todo lo que tiene -tesoro suficiente para llenar innumerables mundos- y otro hombre o mujer despierta al pensamiento puro de la Iluminación y toma solamente cuatro líneas de este Discurso, las recita, las considera, las comprende, y entonces, para el beneficio de los demás, da a conocer estas líneas y las explica, su mérito será el mayor de todos.

"Ahora, ¿cuáles deberían ser las formas de un Bodhisattva cuando explica estas líneas? Debería estar desprendido de las cosas fraudulentas del Samsara y debería morar en la verdad eterna de la Realidad. Debería saber que el ego es un fantasma y que tal engaño no tiene que seguir existiendo.

"Y así debería mirar el mundo temporal del ego-

"Como una estrella que cae, o Venus eclipsada por el alba,
Un burbuja en una corriente, un sueño,
La llama de una vela que chisporrotea y se va."

Cuando el Buddha hubo terminado, el Venerable Subhuti y el resto de asamblea se llenó de gozo con Su enseñanza; y llevándola sinceramente en el corazón, emprendieron sus caminos.

domingo, 8 de febrero de 2009

OCHO VERSOS PARA ADIESTRAR LA MENTE.



Pensando en que todos los seres sentientes
son aún más valiosos que la joya que colma los deseos,
con el fin de alcanzar el supremo propósito,
pueda yo siempre considerarles preciosos.

Dondequiera que vaya, con quienquiera que esté,
pueda yo sentirme inferior a los demás y,
desde lo más hondo de mi corazón,
considerarles a todos sumamente preciosos.

Que sea yo capaz de examinar mi mente en todas las acciones,
y en el momento en que aparezca un estado negativo,
ya que nos pone en peligro a mí mismo y a los demás,
pueda yo hacerle frente y apartarlo.

Cuando vea a seres de disposición negativa
o a los que están oprimidos por la negatividad o el dolor,
pueda yo considerarlos tan preciosos como un tesoro hallado,
pues son difíciles de encontrar.

Cuando otros, impulsados por los celos,
me injurian y tratan de otros modos injustos,
pueda yo aceptar la derrota sobre mí,
y ofrecer la victoria a los demás.

Cuando una persona a quien he ayudado,
o en quien he depositado todas mis esperanzas
me daña muy injustamente,
pueda yo verla como a un amigo sagrado.

En resumen, que pueda yo ofrecer, directa e indirectamente,
toda alegría y beneficio a todos los seres, mis madres,
y que sea capaz de
tomar secretamente sobre mí todo su dolor y sufrimiento.

Que no se vean mancillados por los conceptos
de los ocho intereses mundanos
y, conscientes de que todas las cosas son ilusorias,
que puedan ellos, sin aferramiento, verse libres de las ataduras.

El verdadero valor del anillo...


-“Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa, que no tengo fueras para hacer nada. Todos me dicen que soy una calamidad, que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy bastante tonto... ¿Cómo puedo mejorar?...¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”

El maestro, sin mirarle le dijo:

- “!Cuánto lo siento, pequeño saltamontes. No puedo ayudarte, porque debo resolver primero mi propio problema. Si quisieras ayudarme tú a mí, podría resolver el tema con más rapidez y luego, tal vez te pudiera ayudar.”.

- “Encantado”– titubeó el muchacho, aunque una vez más sintió que volvía a ser desvalorizado y vio sus necesidades otra vez postergadas.

- “Bien”, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique izquierdo y dándoselo al chico, agregó:

- “Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debes vender este anillo y trata de obtener por él la mayor suma posible, pero nunca aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas”


El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con cierto interés, hasta que decía el precio que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, unos se reían, otros daban media vuelta hasta que un viejito le explicó que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio del anillo.

Después de ofrecer la joya a más de cien personas y abatido por su fracaso, montó en el caballo y regresó. Entró en la habitación y dijo:

- Maestro lo siento... no pude conseguir lo que me pediste. Tal vez podría conseguir dos o tres monedas de plata, aunque no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo”.

- “!Qué importante lo que dijiste, pequeño saltamontes”- contestó sonriente el maestro. “Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto daría por él. A pesar de todo lo que te ofrezca, nunca se lo vendas. Regresa aquí de nuevo con el anillo”.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo. Lo miró con lupa, lo pesó y luego le dijo:

- “Dile al maestro, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro”.

- ¿58 monedas??? Exclamó el joven.

- “Sí”- replicó el joyero- Sé que con el tiempo, podríamos obtener hasta 70, pero nunca si la venta es urgente.

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

- “Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida, pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?.

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.

JATAKA DE LA LIEBRE SABIA.




El Maestro relató este cuento mientras residía en (el monasterio) Jetavana con relación a un donativo de todos los requisitos. [1] Dicen que en Sàvatthì un cierto dueño de casa realizó un donativo de todos los requisitos a la comunidad de monjes presidida por Buddha. Él hizo construir un pabellón en la puerta de su casa e invitó a la comunidad de monjes presidida por Buddha. Los hizo sentar dentro del pabellón en asientos preparados y les ofreció comida deliciosa de diversos gustos. Habiéndolos invitado por siete días seguidos, en el séptimo día donó todos los requisitos para quinientos monjes presididos por Buddha. El Maestro, al finalizar la comida, expresando su gratitud dijo: “Devoto, es apropiado que tú experimentes regocijo y felicidad. Porque esta generosidad pertenece al linaje de los sabios de antaño. Los sabios de antaño, cuando llegaban mendicantes, renunciaban a su vida y daban aun su propia carne”. Y a pedido del devoto relató la historia del pasado.

En el pasado, cuando Brahmadatta reinaba en Baranasi, el Bodhisatta [2] nació como una liebre y vivía en el bosque. A un lado de ese bosque estaba el pie de una montaña, en el otro lado había un río y en el otro lado había un poblado de frontera. También allí vivían sus tres amigos: un mono, un chacal y una nutria. Estos cuatro sabios vivían juntos, obtenían comida en sus respectivos lugares y por la tarde se reunían. La liebre sabia exhortaba a sus tres compañeros con una plática del Dhamma: “Hay que practicar generosidad, observar preceptos y realizar los actos de Uposatha”. [3] Ellos después aceptar su exhortación, se retiraban a sus propias moradas y allí residían. Así pasó el tiempo. Un día el Bodhisatta miró al cielo, vio la luna, comprendió “Mañana es el día de Uposatha” y le dijo a los otros tres: “Mañana es Uposatha, ustedes tres gentes deben observar los preceptos y en el día de Uposatha. Habiéndose establecido en los preceptos, el donativo dado produce gran fruto. Por lo tanto, si viene algún mendicante, deberían dar de su propia comida. Ellos aceptaron diciendo “muy bien” y se retiraron a sus lugares de residencia.

El día siguiente, temprano, la nutria pensando “buscaré comida” salió y fue a la orilla del río. Entonces, un cierto pescador había sacado siete pescados rojos. Después de ensartarlos en un junco, los trajo, hizo un hueco en la arena en la orilla del río, los enterró y continuó pescando río abajo. La nutria percibió el olor a pescado, cavó en la arena, los vio y los sacó. Tres veces anunció: “¿Quién es el dueño?” No viendo al dueño, mordió el extremo del junco con los pescados, los llevó y los guardó en su morada reflexionando en sus preceptos: “Los comeré en el momento apropiado”.


El chacal también salió de su lugar de residencia y buscando comida encontró en la cabaña de un cierto velador de campo dos estacas con carne, una iguana y una jarra de leche cuajada. Tres veces anunció: “¿Quién es el dueño?” No viendo al dueño, colocó en su cuello la cuerda para levantar la jarra de leche cuajada, mordió las dos estacas con carne y la iguana, llevó todo esto y lo guardó en su morada reflexionando en sus preceptos: “Lo comeré en el momento apropiado”.
El mono también salió de su lugar de residencia, entró en el monte, tomó una rama con mangos, la llevó y guardó en su morada reflexionando en sus preceptos: “Los comeré en el momento apropiado”.

El Bodhisatta acostado en su propia morada pensó: “Voy a salir a comer pasto en el momento apropiado. Si alguien viene a pedir, no es posible dar pasto. No tengo ni ajonjolí ni arroz ni nada que dar. Si alguien viene a pedirme, daré la carne de mi propio cuerpo”. En ese momento, por el poder de la virtud del Bodhisatta el trono de piedra de Sakka [4] mostró signo de calor. Sakka, investigando, vio la razón y pensó “investigaré al rey liebre”. Pero primero fue al lugar de residencia de la nutria bajo la apariencia de un brahmán. La nutria sabia dijo: “¿Brahmán, para qué vienes?” “Si puedo obtener algo de comida, observaré Uposatha”. La nutria dijo “muy bien, te daré mi comida” y conversando con él pronunció el primer verso:
Mis siete peces rojos, sacados del agua a tierra firme, esto, brahmán, yo tengo. Después de comerlos, vive en el bosque.
El brahmán dijo “después veré” y fue a ver al chacal. Cuando el chacal preguntó: “¿Para qué vienes?” El brahmán respondió lo mismo. El chacal dijo “muy bien, te daré” y conversando con el brahmán pronunció el segundo verso:
La cena de un cierto velador de campo yo traje, dos estacas de carne, una iguana y una jarra de leche cuajada. Esto, brahmán, yo tengo. Después de comerlos, vive en el bosque.
El brahmán dijo “después veré” y fue a ver al mono. Cuando el mono preguntó: “¿Para qué vienes?” El brahmán respondió lo mismo. El mono dijo “muy bien, te daré” y conversando con el brahmán pronunció el tercer verso:
Mango maduro, agua fresca y una deleitable sombra, esto, brahmán, yo tengo. Después de comerlos, vive en el bosque.
El brahmán dijo “después veré” y fue a ver a la libre sabia. Cuando la liebre preguntó: “¿Para qué vienes?” El brahmán respondió lo mismo. Habiéndolo escuchado, el Bodhisatta se llenó de regocijo y dijo: “Brahmán, haz hecho bien en venir a mi presencia para pedir comida. Hoy, yo daré algo que nunca di antes. Tú porque eres virtuoso no matarás. Va, brahmán, junta madera, prepara un fuego e infórmame. Yo renunciaré a mí mismo y me arrojaré en el medio del fuego. Cuando mi cuerpo este cocido, tú podrás comer mi carne y después observar el Dhamma de los ascetas”. Y conversando con el brahmán pronunció el cuarto verso:
La liebre no tiene ni ajonjolí ni guisantes ni aun arroz. Después de haberme cocido con este fuego, vive en el bosque.


Después de escuchar al Bodhisatta, Sakka preparó una pila de brasas usando sus poderes sobrenaturales y lo informó. El Bodhisatta se levantó de su lecho de hierbas y fue allí. “Si hay insectos en mi piel, que ellos no mueran”, sacudió su cuerpo tres veces y ofreciendo todo su cuerpo se lanzó y descendió en la pila de brasas regocijándose como un cisne real en un lago de lotos. Pero ese fuego no pudo quemar ni siquiera las meras puntas de los cabellos de la piel del Bodhisatta. Fue como entrar en una matriz de hielo. Entonces, se dirigió a Sakka: “Brahmán, el fuego que tú preparaste es muy frío. No pudo ni siquiera quemar las puntas de los cabellos de mi piel. ¿Qué es esto?”. “Liebre sabia, yo no soy un brahmán, soy Sakka. Vine para probarte”. El Bodhisatta pronunció el rugido del león: “Sakka, tú eres el primero. Pero si todo los habitantes del mundo fueran a probar mi generosidad, no encontrarían nunca en mí falta de disposición para dar”.

Entonces, Sakka dijo: “Liebre sabia, que tus virtudes se conozcan por un eón”. Y después de moler la montaña, tomó la esencia y dibujó la forma de la liebre en el disco de la luna. Tomó al Bodhisatta y lo acostó en un lecho de hierbas tiernas en el mismo lugar en ese monte, en ese bosque, y regresó al cielo. Y esos cuatro sabios, en armonía y en paz, observando los preceptos, practicando generosidad y realizando los actos de Uposatha, partieron de acuerdo con sus acciones.
El Maestro después de relatar este discurso del Dhamma reveló las verdades y mostró la conexión de la historia. Al final de las verdades, el dueño de casa donador de todos los requisitos se estableció en la fruición de la entrada en la corriente.
En esa ocasión la nutria era Ànanda, el chacal era Moggallàna, el mono era Sàriputta y la liebre sabia era yo mismo.
NOTAS
[1] ‘Sabbaparikkhàradàna’ se refiere a un donativo de todos los requisitos necesarios para un monje. Hay ocho requisitos básicos: (i) tazón (patta), (ii, iii, iv) tres hábitos (ticìvara), (v) faja (kàyabandhana), (vi) hoja de afeitar (vàsi), (vii) aguja (sùci), (viii) filtro de agua (parissàvana).
[2] En el contexto del budismo theravada la palabra bodhisatta se usa para describir el buda en una vida anterior.
[3] Se refiere a la recitación de las reglas de disciplina los días de luna llena y nueva por parte de la comunidad de monjes y observar ocho preceptos por parte de los laicos.
[4] El rey de las divinidades.

LOS CUATRO TIPOS DE OYENTES SEGÚN EL BUDA.



El Buddha comparó a los oyentes con cuatro clases diferentes de vasijas de barro. La primera vasija de barro es una que tiene hoyos en el fondo. Si tu viertes agua dentro de ella, se vacía de inmediato. En otras palabras, cualquier cosa que le enseñes a esa persona, es inútil. La segunda vasija de barro, él la comparó con una que tiene grietas en ella. Si tu viertes agua dentro de ella, el agua se filtra. Estas personas no pueden recordar. No pueden colocar dos más dos juntos. Grietas en el entendimiento. El tercer oyente, él lo comparó con una vasija que estaba completamente llena. No se puede verter agua en ella porque está llena hasta el tope. Una persona así, tan llena de opiniones que no puede aprender nada nuevo! Pero afortunadamente, nosotros somos la cuarta clase. Las vasijas vacías, sin ningún hoyo o grietas - completamente vacías.

AYYA KHEMA.

sábado, 7 de febrero de 2009

LAM RIM.



Lam Rim Conciso
(Basado principalmente en The Meditation Handbook.)
El texto raiz del Lam Rim (Etapas del Camino a la Iluminación) lo compuso el erudito indio Dipamkara Atisha y le puso como título Una Luz para el Camino hacia la Iluminación (Bodhipatapradipa). Luego el gran yogui Je Tsong Khapa compuso la Canción del Lam Rim, despues de haber recibido instrucciones del propio Atisha en visiones de las que gozó mientras relizaba su trabajo en el Monasterio de Reting. Esta es una sintesis de los principales puntos que abarca esta gran obra basado principalmente en The Meditation Handbook. Dromtompa, principal discípulo de Atisha en el Tíbet, considerado por muchos emanación de Avalokiteshvara, el Buda de la Compasión, solía decir: "El Noble Buda dió mas de ochenta y cuatro mil enseñnzas pero todas ellas están contenidas en lo que se denominan Las Tres Cestas, a su vez, pueden resumirse en los Tres Niveles de Motivación. Estos tres niveles de motivación son tan valiosos como un rosario de oro y quienquiera que practique tan exquisitas enseñanzas, obtendrá definitivamnete el estado de la Liberación o Iluminación. El resultado del trabajo de mi Maestro Atisha, al componer el Lam Rim, hizo accesible a todo el mundo la práctica de estas ochenta y cuatromil enseñanzas".
Si alguien no las hubiese sintetizado en Las Tres Cestas y agrupado posteriormente en el Lam Rim, sería extremadamnete difícil saber por donde empezar a prácticar.



Lam Rim Conciso

Homenaje al Guía Espiritual.
1
La única manera de resolver todos mis problemas es seguir un camino espiritual. /
La única manera de hacer que mi vida sea significativa es seguir un camino espiritual. /
Siendo así, he de confiarme a un Guía Espiritual.
2
Esta vida humana, en la que tengo la ocasión de practicar el Dharma, representa una oportunidad muy especial, casi única. /
Siendo así, utilizaré esta vida humana para practicar el Dharma sin desperdiciar ni un momento.
3
Ya que he de irme pronto de este mundo no tiene ningún sentido depender en exceso de las cosas buenas o malas de este mundo. /
Ya que he de irme pronto de este mundo dedicaré toda mi vida a la práctica del Dharma.
4
Crear karma negativo es muy fácil, y en esta vida y en las incontables vidas previas he cometido muchas acciones negativas graves. /
Al morir no tendré libertad ni control y, si el karma que madura es negativo, habré de renacer en los reinos inferiores.
5
Todos los miedos y peligros de la existencia [cíclica] vienen de los engaños mentales y de las acciones contaminadas. /
De esta manera la Joya del Dharma -las realizaciones espirituales que me protegen directamente de los engaños- es mi refugio verdadero. /
Al Dharma de Buda y a los Maestros me acerco en busca de refugio.
6
Los Budas enseñan la relación dependiente que existe entre las acciones y los efectos que las acciones virtuosas son causas de felicidad y las acciones no virtuosas, causas de sufrimiento. He de generar convicción en la ley del karma porque esta convicción es la raíz de toda mi felicidad futura.
7
La naturaleza misma de la existencia [cíclica] es sufrimiento. /
Si consigo renacer en los reinos afortunados o si momentáneamente disfruto de buenas condiciones, esto es sólo como disfrutar de unas cortas vacaciones que pronto se acaban. /
No hay ningún sitio en samsara sin sufrimiento. /
He de escapar del samsara abandonando su causa, la mente de auto-aferramiento.
20
Para liberar mi mente del aferramiento propio, la raíz de todas las faltas, es necesaria una realización directa de la vacuidad. /
Ésta realización, al igual que las realizaciones espontáneas de renuncia y bodhichitta, depende de la concentración especial de la permanencia apacible.
21
La persona o yo (que está meditando, sentimos que) es diferente del cuerpo y de la mente /
Pero si el cuerpo y la mente desaparecen completamente ¿Qué yo queda que esté meditando ahora? /
El yo no existe por sí mismo. /
No es más que mero nombre o mera apariencia mental.
Hay incontables seres atrapados en la prisión de samsara, experimentando una variedad ilimitada de sufrimientos. Mientras que yo soy sólo una sola persona, los otros son incontables en número. Por tanto, la felicidad de los demás es mucho más importante que mi propia felicidad. Por esta razón he de entrar en el camino Mahayana, el método supremo para beneficiar a todos los seres vivientes.
8
No es más que cuestión de tiempo que enemigos, amigos y desconocidos intercambien sus papeles respectivos. /
Por esto, no tiene sentido que sienta atracción por unos, odio por otros, e indiferencia por los demás. /
Debería generar y mantener una actitud cálida y amistosa, igual hacia todos los seres.
9
Ya que mi contínuo mental no tiene principio, he tenido que renacer incontables veces en el pasado. /
Ya que he renacido incontables veces, he de haber tenido incontables madres. /
¿Dónde están ahora todas estas madres? /
Mis madres son todos los seres vivientes que hay en el mundo hoy. /
Su aspecto ha cambiado, pero siguen siendo mis madres.
10
Esta vida humana la he conseguido en dependencia de los demás. /
Puedo satisfacer mis necesidades y disfrutar de comodidades solamente gracias a la bondad de los demás. /
Mis conocimientos, aptitudes, etc. los debo a la bondad de otros. /
La liberación y la iluminación se alcanzan en dependencia de los demás. / He de reconocer la gran bondad de todos los seres, mis madres.
11
Yo deseo verme libre de sufrimientos. Y deseo experimentar solamente felicidad. / Pero esto es exactamente lo mismo que todos los demás seres desean. / Por esto no hay diferencia entre yo y los demás. / He de estimar a los otros exactamente tanto como a mí mismo.
12
La autoestima es la actitud mental que considera a la propia persona como siendo especialmente preciosa e importante, y que siente que lo que más importa es la propia felicidad. /
Todos los sufrimientos, temores y deseos insatisfechos surgen del karma negativo, y todo el karma negativo surge de la mente de autoestima./
Siendo así, he de abandonar mi autoestima.
13
Como resultado de haber estimado a otros seres en el pasado, ahora he obtenido esta preciosa vida humana, recibo ayuda, y disfruto de buenas condiciones. /
Si ahora estimo a los demás, generaré gradualmente las mentes especiales de gran compasión y bodhichitta y, como resultado, alcanzaré la iluminación completa. /
He de estimar siempre a los otros seres porque esta preciosa mente de amor me traerá felicidad a mí y a los demás.
14
He de abandonar la mente de estimación propia y estimar solamente a los demás /
Porque el autoestima es la fuente de todo el sufrimiento y la raíz del samsara /
Y estimar a los demás es la fuente de toda la felicidad y la raíz de la liberación y la iluminación completa.
15
Ninguno de los seres que me rodean quiere sufrir. Todos desean ser libres. /
Pero al estar confundidos sobre las verdaderas causas del sufrimiento, no lo pueden abandonar. /
En cambio, por ignorancia, realizan continuamente las acciones que les hacen renacer en samsara. /
Su miseria parece no tener fin. /
Qué maravilloso sería si todos los seres vivientes estuvieran libres de sufrimientos.
16
Rezamos: "Que todo el sufrimiento, negatividad y obstrucciones de todos los seres vivientes maduren en mí /
Y que con esto se liberen de todos los problemas". /
Imaginamos que todos los sufrimientos de todos los seres se acumulan en una nube de humo muy negro que se disuelve en nuestra mente en el corazón. /
"Ahora todos los seres vivientes se han liberado realmente de su sufrimiento /
Y mi mente de autoestima, la fuente de todas las faltas, ha sido completamente destruida".
17
Aunque todos los seres que me rodean desean felicidad verdadera, no saben realmente como obtenerla. /
Nadie en samsara disfruta de felicidad verdadera. /
La felicidad que los seres samsáricos experimentan no es más que el sufrimiento del cambio. /
¡Que maravilloso sería si todos los seres pudieran experimentar verdadera felicidad!
18
Mi cuerpo se transforma en una joya de cumplir deseos. /
De esta joya irradia luz. Esta luz ilumina los seis reinos, y concede a los seres cualquier cosa que deseen. /
Como resultado de mi práctica de dar, todos los seres vivientes experimentan una felicidad no contaminada y están completamente satisfechos.
19
Sólo un Buda tiene el poder de proteger a todos los seres vivientes y de otorgarles verdadera felicidad. /
Por esto, para cumplir mi deseo de liberar a los demás de su sufrimiento, he de convertirme en un Buda. /
He de alcanzar el estado de Buda para el beneficio de todos.
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Dedicación de los méritos
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SARVA MANGALAM

viernes, 6 de febrero de 2009

Carta de Patrul Rinpoché.



Carta de Patrul Rinpoché,
con buenos consejos para sí mismo
Shri hijo mío,
Debes llevar esto en tu mente:
Hay tres cosas que no deberían de olvidarse:
El Guru lleno de gracia,
El Buda iluminado
Memoria y conciencia.
Hay tres cosas que deberían recordarse:
El preceptor que te ordena,
Las enseñanzas que revelan el sendero,
Y la disciplina.
Hay tres cosas que debes tener:
Una mente que permanezca donde esta el cuerpo,
Un cuerpo que permanezca en el lugar adecuado,
Una mente que more en un estado de relajación.
Hay tres cosas que es mejor olvidar:
La cólera contra los enemigos,
El apego a los seres amados,
El sueño perezoso.
Hay tres cosas que es mejor restringir:
La lengua en público,
La mano en privado,
Los pensamientos siempre.
Hay tres cosas sobre las que uno debería de guardar silencio:
Las propias virtudes,
Las faltas de otros,
Nuestras intenciones para el futuro.
Hay tres cosas de las que uno no debe dar muestras:
El impulso a renunciar a los apegos mundanos,
La cebada trampa de la propia hipocresía,
La insistencia en exhibir el propio fervor religioso.
Hay tres cosas en las que uno debería de ser flexible:
Hablando con un amigo,
Llevando las vestimentas propias del país,
Dirigiendo la mente hacia el Dharma.
Hay tres cosas que no deberían de escucharse:
Palabras aduladoras,
Charlas de última locura,
Consejo de un necio.
Hay tres cosas que uno no debería ambicionar:
La fortuna de un hombre rico,
Una posición de categoría,
Vestidos superfluos.
Hay tres cosas de las que uno no debería hablar mal:
De una persona respetada,
De la mercancía de otro,
De un buen amigo.
Hay tres cosas que uno no debe ensalzar:
A un hombre que es vilipendiado por otros,
A un loco presuntuoso,
A tu propio hijo ante los demás.
Hay tres cosas que uno no debería ni ensalzar ni criticar:
A los familiares,
A un hombre del que nada sabes,
En realidad, a nadie.
Hay tres lugares a los que no deberíamos ir:
Entre gente hostil,
A una aglomeración multitudinaria,
A un lugar donde se juega.
Hay tres cosas de las que no se debería hablar:
Del Dharma a quienes no quieren oírlo,
De asuntos privados con extraños,
De fantasías sin sentido.
Hay tres cosas que no deberían hacerse:
Comportarse temperamentalmente con un amigo,
Hablar inconsecuentemente,
Actuar con dos caras.
Hay tres cosas de las que uno debería refrenarse:
Presumir de la propia importancia,
Señalar repentinamente las faltas de los demás,
Menospreciar a los demás.
Hay tres cosas que uno no debería ofrecer:
Devoción a un charlatán,
Regalos a aquellos de más alto rango,
Los más infinitos pensamientos a cualquiera.
Hay tres cosas en las que uno no debería dejar la mente:
El cuerpo de hermosas muchachas,
La conducta de un amigo,
Las propias virtudes.
Hay muchas otras cosas que deberías recordar, pero lo esencial es observarte a ti mismo en todo momento. No lo olvides, tanto la práctica mundana como espiritual están aquí contenidas. Estas pocas palabras están llenas de profundo significado, no las ignores.
A mi querido hijo, Shri,
De Naljorpa Trime-Lodro.

MEDITACIÓN VIPASSANA.




Todos buscamos la paz y la armonía, porque carecemos de ellas. De vez en cuando todos experimentamos agitación, irritación, falta de armonía, sufrimiento; y cuando padecemos la agitación, no guardamos esta miseria limitada en nosotros, sino que continuamente la distribuimos a los demás. Una persona desdichada impregna el ambiente que le rodea de agitación, y quienes estén cerca de ella también se alteran, se irritan. Ciertamente, ésta no es la manera adecuada de vivir.
Tenemos que vivir en paz con nosotros mismos y en paz con los demás porque, en definitiva, los seres humanos somos seres sociales que vivimos dentro de una sociedad interrelacionada. ¿Pero como vivir en la paz y armonía internas, y mantenerlas para que los demás puedan también vivir en paz y armonía?
Para poder librarnos de nuestra agitación, tenemos que conocer la razón básica de la misma, la causa del sufrimiento. Al investigar este problema, nos damos cuenta que nos sentimos agitados en cuanto generamos negatividades o contaminaciones en la mente. La negatividad, la contaminación o la impureza mental, no pueden coexistir con la paz y la armonía.
¿Cómo empezamos a generar negatividades? También ahora nos damos cuenta, al investigar, de que nos sentimos desdichados cuando estamos con alguien que se comporta de una manera que no nos gusta o cuando sucede algo que nos desagrada. Cuando ocurre algo que no deseamos, surge tensión en nuestro interior y también surge cuando no ocurre o existen obstáculos para que se cumpla algo que deseamos, y con todo ello empezamos a atar nudos en nuestro interior. Y como durante toda la vida van a suceder cosas que no queremos y las queridas puede que sucedan o puede que no sucedan, no cesamos en este proceso de reacción de atar nudos - nudos gordianos - que hacen que toda la estructura física y mental esté en tensión, llena de negatividades, convirtiendo nuestra vida en continua desdicha.
Una manera de resolver este problema sería arreglárnoslas para que en nuestra vida no ocurra nada no deseado, para que todo sea tal como deseamos. Para lograrlo deberíamos desarrollar en nosotros mismos el poder o bien conseguir que venga en nuestra ayuda alguien que lo tenga, para que las cosas no deseadas no sucedan y solo sucedan las cosas deseadas. Pero eso es imposible. No existe nadie en el mundo que pueda satisfacer todos sus deseos, en cuya vida todo transcurra como quiere, sin que pase algo no deseado. Constantemente ocurren cosas que van en contra de nuestros deseos y querencias, de ahí la pregunta oportuna: ¿Cómo podemos dejar de reaccionar ciegamente cuando debamos enfrentarnos a situaciones que no nos gustan? ¿Cómo podemos dejar de generar tensión y permanecer llenos de paz y de armonía?
Tanto en la India como en otros países hubo personas santas y sabias que estudiaron este problema - el problema del sufrimiento humano -, y encontraron una solución: cuando ocurre algo no deseado y empezamos a reaccionar con ira, miedo o cualquier negatividad, hay que dirigir lo antes posible la atención a cualquier otra cosa, por ejemplo te levantas, coges un vaso de agua y empiezas a beber; de esta manera la ira no solo no se multiplicará sino que empezara a disminuir: O empiezas a contar: uno, dos, tres, cuatro... O repites una palabra, o una frase, o un mantra, o quizá el nombre de una persona santa hacia la que sientas devoción. Así desviamos la mente y hasta cierto punto nos liberamos de la negatividad, de la ira.
Esta solución era útil, funcionaba y aun funciona; practicándola, la mente se siente libre de agitación. No obstante solo funciona en el nivel de la mente consciente porque lo que de hecho hacemos al desviar la atención es empujar la negatividad a lo mas profundo del inconsciente donde sigues generándola y multiplicándola. Hay paz y armonía en la superficie, pero en las profundidades de la mente hay un volcán dormido de negatividad reprimida que antes o después entrará en erupción con una gran explosión.
Hubo otros exploradores de la verdad interna que llegaron algo más allá en su búsqueda, y que tras experimentar en su interior la realidad de la mente y de la materia se dieron cuenta de que desviar la atención es solo huir del problema. Escapar no es una solución, hay que enfrentarse al problema; cuando surja una negatividad en la mente, obsérvala, hazle frente y tan pronto como empieces a observar la contaminación mental, empezará a perder fuerza y poco a poco se irá marchitando y podrá ser arrancada de raíz.
Es una buena solución que evita los dos extremos: represión y dar rienda suelta. Enterrar la negatividad en el inconsciente no la erradicará y permitirle manifestarse con un acto físico o verbal dañino solo creará más problemas. Pero si te limitas a observarla, la contaminación desaparece y habrás erradicado esa negatividad, estarás libre de esa contaminación.
Esto suena muy bien, pero ¿es practicable en la realidad? ¿Resulta fácil para una persona corriente enfrentarse a las contaminaciones? Cuando surge la ira, nos coge tan de sorpresa que ni siquiera nos damos cuenta de ello. Arrastrados por la ira cometemos actos físicos o mentales que nos dañan a nosotros y a los demás. Poco después, al desaparecer la ira, empezamos a llorar y a arrepentirnos, pidiendo perdón a los demás o pidiendo perdón a Dios: "Oh, he hecho un error, perdóname". Pero la próxima vez que nos encontremos en una situación semejante volveremos a reaccionar igual. Este arrepentimiento no nos habrá servido para nada.
La dificultad estriba en que no somos conscientes del momento en el que comienza esta contaminación. Empieza en las profundidades de la mente inconsciente y cuando llega al consciente ha tomado tal fuerza que nos arrastra y no podemos observarla.
Supongamos por un momento que empleo un secretario privado para que me avise cuando surja la ira diciéndome: "Mire, va a aparecer la ira". Pero como no sé cuando va a surgir la ira tengo que emplear tres secretarios haciendo tres turnos que cubran las veinticuatro horas del día. Supongamos que puedo mantener ese gasto y aparece la ira. Inmediatamente mi secretario diría: "Mire, la ira ha comenzado". Lo primero que haría sería darle una mala contestación: "¿Eres tonto, crees que te pago para que me lleves la contraria?". La ira me arrastraría de tal forma que un buen consejo no podría ayudarme.
Supongamos que prevalezca la sabiduría y que no le regaño sino que le digo: "Muchas gracias, ahora debo sentarme y observar mi ira". Pero, ¿acaso es eso posible? Nada más cerrar los ojos para observar la ira, y el objeto de mi ira, ya sea una persona o un incidente, surge de inmediato en mi mente y ya no observo la propia ira sino meramente el estímulo externo de aquella emoción, lo cual, sólo conducirá a la multiplicación de la ira y por tanto, no es una solución. Es muy difícil observar una negatividad abstracta, una emoción abstracta divorciada del objeto exterior que la originó.
Sin embargo, hubo alguien que habiendo llegado a la verdad última encontró una solución auténtica. Descubrió que al surgir una contaminación en la mente ocurren dos cosas simultáneamente al nivel físico: la respiración pierde su ritmo normal, - es fácil observar que respiramos más fuerte cuando surge una negatividad - y en niveles más sutiles se inicia en el cuerpo una reacción bioquímica que da lugar a una sensación. Todas las contaminaciones generan algún tipo de sensación en el cuerpo.
Esto nos ofrece una solución practica: una persona corriente no puede observar las contaminaciones abstractas: miedo, ira o pasión, pero con un adiestramiento adecuado y practicando es fácil observar la respiración y las sensaciones del cuerpo, y ambas están relacionas directamente con las contaminaciones mentales.
La respiración y las sensaciones ayudan de dos formas: primero se comportaran como secretarios privados y en cuanto surja una impureza la respiración dejará de ser normal y empezara a gritarnos: "¡Algo va mal!". Y como no podemos regañar a la respiración tenemos que aceptar el aviso. De igual forma también las sensaciones nos dirán que algo va mal. Tras habernos avisado podemos empezar a observar la respiración, a observar las sensaciones y nos daremos cuenta de que la impureza desaparece enseguida.
Este fenómeno físico - mental es como una moneda, en una cara están los pensamientos y las emociones que surgen en la mente y en la otra: la respiración y las sensaciones del cuerpo. Todos los pensamientos y emociones, todas las impurezas mentales que surgen se manifiestan en la respiración y en las sensaciones de ese momento.POR AQUI Por eso, al observar las sensaciones o la respiración estamos observando, de hecho, las contaminaciones mentales. En vez de huir del problema nos enfrentamos a la realidad tal y como es, las negatividades ya no nos arrastrarán como hicieron en el pasado y si perseveramos terminarán por desaparecer y permaneceremos felices y en paz.
De esta forma la técnica de la auto-observación nos muestra los dos aspectos de la realidad: el interno y el externo. Antes sólo mirábamos al exterior perdiendo la verdad interna; buscábamos en el exterior la causa de nuestra desgracia culpando siempre a algo o a alguien e intentábamos cambiar la realidad externa. Al ignorar la realidad interna, no comprendíamos que la causa del sufrimiento se encuentra en nuestro interior, en nuestras reacciones ciegas hacia las sensaciones agradables o desagradables.
Ahora, al adiestrarnos, podemos ver la otra cara de la moneda, podemos ser conscientes de nuestra respiración y también de lo que ocurre en nuestro interior. Sea lo que sea, respiración o sensación, aprendemos a observar sin desequilibrar la mente. Dejamos de reaccionar y de multiplicar nuestra desdicha y permitimos que las contaminaciones se manifiesten y desaparezcan.
Las negatividades se disuelven más deprisa cuanto más se practica esta técnica. Poco a poco la mente se libera de las contaminaciones y se hace pura. Una mente pura está siempre llena de amor, amor desinteresado hacia los demás, llena de compasión hacia el sufrimiento y las faltas ajenas, llena de alegría al ver los triunfos y la felicidad de otros, llena de ecuanimidad en cualquier situación.
Al llegar a este estado nuestra conducta habitual cambia, ya no es posible cometer actos físicos o verbales que puedan perturbar la paz y la felicidad ajenas. Una mente equilibrada esta llena de paz e impregna el ambiente que la rodea de paz y de armonía que también afectan a los demás ayudándoles.
Al aprender a mantenernos equilibrados haciendo frente a lo que experimentamos en nuestro interior, desarrollamos también el desapego hacia todo lo que nos deparen las situaciones externas. Pero este desapego no es escapismo o indiferencia hacia los problemas del mundo. Quienes practican Vipassana con regularidad se sensibilizan más a los sufrimientos de los demás, y hacen cuanto pueden para aliviar el sufrimiento en la forma que puedan, sin agitación, con la mente llena de amor, compasión y ecuanimidad. Aprenden la santa indiferencia, aprenden a entregarse por completo, a ocuparse totalmente de ayudar a los demás, manteniendo simultáneamente el equilibrio mental. Así permanecen llenos de paz y de felicidad mientras trabajan por la paz y la felicidad de los demás.
Esto es lo que el Buda enseñó: un arte de vivir. No fundó una religión, un "ismo", ni enseñó ritos o rituales ni ninguna fórmula vacía a quienes se acercaban a él, sino que les enseñó a observar la naturaleza tal y como es, observando la realidad interna. Debido a nuestra ignorancia reaccionamos constantemente de manera que nos dañamos o dañamos a los demás, pero cuando surge la sabiduría, - la sabiduría de observar la realidad tal y como es -, desaparece el hábito de reaccionar y cuando dejamos de reaccionar a ciegas somos capaces de realizar actos verdaderos, actos que emanan de una mente equilibrada, de una mente que ve y comprende la verdad. Un acto así, sólo puede ser positivo, creativo, capaz de ayudarnos a nosotros y a lo demás.
Por eso es necesario "conocerse a sí mismo", consejo que dan todos los sabios. Conocerse no sólo intelectualmente en el nivel de ideas y teorías, no sólo emocional o devocionalmente aceptando a ciegas lo que hemos visto u oído, tal conocimiento no es suficiente, mas bien debemos conocer la realidad a través de la experiencia. Debemos experimentar directamente la realidad de este fenómeno físico - mental, pues es lo único que nos ayudará a liberarnos de las contaminaciones, a liberarnos del sufrimiento.
Se llama meditación Vipassana a esta experiencia directa de nuestra realidad, a esta técnica de auto -observación. En el idioma que se utilizaba en la India en la época del Buda "passana" significaba ver las cosas en la forma corriente, con los ojos abiertos; pero "vipassana" es observar las cosas tal y como son, no como parecen ser. Hay que penetrar a través de la verdad aparente hasta llegar a la verdad última de la estructura mental y física. Al experimentar esta verdad aprendemos a dejar de reaccionar ciegamente, a dejar de generar contaminaciones, y de forma natural las contaminaciones antiguas van erradicándose poco a poco. Así nos liberamos de la desdicha y experimentamos la felicidad auténtica.
En un Curso de meditación Vipassana. se dan tres pasos. El primer paso es abstenerse de cualquier acto físico o verbal que pueda perturbar la paz y la armonía de los demás. No podemos liberarnos de nuestras contaminaciones mentales si continuamos realizando actos de obra o de palabra que están multiplicando estas contaminaciones. Por eso el primer paso de esta práctica es un código moral. Nos comprometemos a no matar, no robar, no tener una conducta sexual inadecuada, no mentir y no tomar intoxicantes. Al abstenerse de estos actos permitimos a la mente que se serene lo suficiente como para poder continuar.
El segundo paso es aprender a controlar nuestra mente salvaje adiestrándola para que se concentre en un único objeto: la respiración. Intentamos mantener la atención en la respiración el mayor tiempo posible. Este no es un ejercicio de respiración porque no intentamos regularla, sino que la observamos tal y como es, de forma natural, tal y como entra, tal y como sale. De esta forma aumentamos la serenidad de la mente para que no se deje arrastrar por negatividades intensas y al mismo tiempo vamos concentrándola y haciéndola más afilada, más penetrante, más capaz de trabajar internamente.
Estos dos primeros pasos, vivir con moralidad y controlar la mente son muy necesarios y beneficiosos en sí mismos pero conducen a la represión a menos que demos un tercer paso que consiste en purificar la mente de las contaminaciones, desarrollando la visión cabal de nuestra propia naturaleza. Esto es Vipassana, la experimentación de nuestra propia realidad, observando en nosotros mismos de forma sistemática y desapasionada este fenómeno de mente y materia en constante cambio que se manifiesta en sensaciones. Esta es la culminación de la enseñanza del Buda: la auto - purificación a través de la auto - observación, algo que puede ser practicado por todos y cada uno de nosotros. Todos nos enfrentamos al problema del sufrimiento, es una enfermedad universal que requiere un remedio universal, no un remedio sectario. Cuando sentimos ira no es una ira budista, una ira hinduista, o una ira cristiana. La ira es ira. Cuando a resultas de esta ira nos sentimos agitados, la agitación no es una agitación cristiana, judía o musulmana. La enfermedad es universal y el remedio debe ser universal.
La Vipassana es este remedio. Nadie puede objetar a un código de vida que respeta la paz y la armonía de los demás. Nadie puede objetar el desarrollo del control sobre la mente. Nadie puede objetar al desarrollo de la visión cabal de nuestra propia naturaleza para posibilitar la liberación de la mente de sus negatividades. La Vipassana es un sendero universal.
Observar la realidad tal y como es, observando la verdad interior, uno se conoce a sí mismo directamente a través de la experiencia. Con la práctica nos liberamos de la desdicha que acarrean las contaminaciones. Partiendo de la verdad externa, burda y aparente, penetramos en la verdad última de la mente y la materia. Esto también terminan por trascenderse y se experimenta una verdad que esta más allá de la mente y la materia; más allá del tiempo y del espacio, más allá del campo condicional de la relatividad: la verdad de la liberación total de todas las contaminaciones, de todas las impurezas, de todo el sufrimiento. No importa el nombre que se de a esta verdad última, es la meta final de todos nosotros.
¡Ojalá que experimentes esta verdad última! ¡Ojalá que todos se liberen de las contaminaciones y de la desdicha! ¡Ojalá que todos gocen de una paz autentica, una paz real, una armonía real!
PUEDAN TODOS LOS SERES SER FELICES