jueves, 19 de marzo de 2009

Confesión a los 35 Budas.





A vosotros 35 Budas y los que habéis trascendido todo; vosotros, destructores de enemigos (1), iluminados plenamente y destructores trascendentales que existís, os mantenéis en las diez direcciones de los mundos de los seres conscientes y vivís en ellas; vosotros todos Budas, por favor, prestarme atención.
En esta vida y en todas las vidas sin principio, en todos los reinos de samsara, he cometido karma negativo, he sido causa de que otros lo comentan y me he regocijado en la creación del mismo, tal como utilizar inadecuadamente las ofrendas presentadas a los santos objetos, malversar las ofrendas de la Shanga y robar pertenencias de la Shanga de las diez direcciones. Yo he sido causa de que otros cometieran estas acciones negativas y me he alegrado de que así lo hicieran.
He cometido las cinco acciones negativas, las más terribles de todas; he sido causa de que otros las cometan y me he regocijado con que así lo hagan. He cometido las diez acciones no virtuosas, he involucrado a otros en ellas y me he regocijando de su participación.
Cegado por este karma, he creado las causas para mí y para otros seres conscientes de renacer en los infiernos, de renacer como animales, como pretas, de renacer en lugares sin religión, como bárbaros, como dioses que disfrutan de una vida larga, con sentidos imperfectos, con ideas erróneas y contrariándome con la presencia de un Buda.
Confieso y acepto todas estas acciones como negativas, ahora y en la presencia de estos Budas, destructores trascendentales, que son el ojo compasivo, que son testigo y poseen la visión justa de sus mentes omniscientes. Yo no voy a ocultar tales acciones negativas ni las voy a mantener en secreto, y de ahora en adelante me abstendré de cometerlas.
Budas y destructores trascendentales, por favor, prestarme atención. En esta vida y en todas las vidas sin principio, en todos los reinos del samsara, cualquier raíz de virtud que haya creado, incluso con los más insignificantes actos de generosidad, como dar un poco de comida a un ser nacido animal; cualquier raíz de virtud que haya creado manteniendo pura la moralidad; cualquier raíz de virtud que haya creado haciendo madurar completamente las mentes de los seres conscientes; cualquier raíz de virtud que haya creado al generar la bodichita y cualquier raíz de virtud que haya creado con la suprema sabiduría trascendental, uniendo todos estos méritos, los míos y los de los demás, los dedico ahora a lo supremo de lo supremo, a lo que es incluso superior al destructor de los enemigos (1). Por tanto, yo dedico estos méritos para la suprema y total Iluminación.
Como los dedicaron los Budas y destructores trascendentales del pasado; como los dedicarán los Budas y destructores trascendentales del futuro y como los dedican los del presente, de la misma forma los dedico yo ahora.
Confieso uno a uno todos mis karmas negativos y me alegro de todos los méritos. Imploro a todos los Budas que concedan mi petición para que pueda yo realizar la más grande sabiduría trascendental, suprema y sublime.
Yo me refugio en los reyes sublimes de los seres humanos que viven ahora, en los del pasado y en los que aún no han aparecido. En todos ellos, cuyo conocimiento es tan grande como el océano infinito, yo me refugio.

1 comentario:

  1. Saludos, Una pregunta ¿según que escuela o tradición es esta oración? gracias.

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